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Lamentablemente las traducciones no logran darle el sentido real al concepto que hay detrás de esta nueva línea de pensar los negocios, de innovar en el siglo XXI. Por lo mismo, dejémoslo así, como Design Thinking, que, en una primera aproximación, se trata de tomar la “cabeza de los diseñadores” y ponerlos a pensar y refrescar en el modelo de negocios de la empresa, en el tipo de productos o servicios que se está entregando al cliente, en la forma que se está satisfaciendo las necesidades de las personas.

El concepto fue planteado a mediados de la década pasada, sin embargo, su conceptualización –y masificación– se la debemos a Tim Brown, profesor de la escuela de Ingeniería de Stanford University y creador de la muy importante consultora Ideo.com, quien explicó con lujos de detalles este nuevo concepto  en un artículo publicado por Harvard Bussiness Review en el 2008.

En palabras del propio Brown, Design Thinkingse trata de una disciplina “que usa la sensibilidad  y métodos de los diseñadores para hacer coincidir las necesidades de las personas con lo que es tecnológicamente factible y con lo que una estrategia viable de negocios puede convertir en valor para el cliente y en una oportunidad para el mercado”.

Dos cosas a tener en cuenta antes de contarles cómo opera este proceso de Design Thinking. La primera, es que para lograr la tan anhelada innovación hay que trabajar duro, arduamente, sin descansar. Recordar que la innovación es 1% inspiración y 99% transpiración“.

Lo segundo que hay que tener muy claro, es que para lograrlo es necesario trabajar con un equipo multidisciplinario; implementando varias lluvias de ideas; y en comunicación todo el tiempo con el área de diseño; marketing y finanzas de la empresa.

El Design Thinking se debe de empezar a trabajar desde un reto; y a partir de ese reto seguir proceso formal de seis pasos:

Comprender; Cuando se trabaja en un reto específico, el equipo interdisciplinario debe entenderlo perfectamente. Todo el equipo debe poner en duda la cuestión, ponerse en los zapatos del usuario. Una buena manera de entender un reto específico es dividirlo y analizarlo por partes.

Observar: Observamos a fin de encontrar las necesidades del usuario. El pensador de diseño debe tener en cuenta que la gente normalmente no dicen lo que piensan y no hacen lo que sienten. En esta fase el participante busca sorpresas, lee el lenguaje corporal de las personas entrevistadas y entiende sus recursos, favoreciendo situaciones de la vida real. La mejor manera de los usuarios a través de la entrevista es empatía.

Sintetizar: La síntesis es el puente entre el problema y la solución. Después de la fase de observación, la solución ya está escondida en algún lugar de los datos recogidos. El objetivo ahora es analizar e interpretar el material recogido a fin de encontrar ideas y conectarlas a una persona.

Idear: El objetivo de la ideación es generar una vasta reserva de ideas como posible solución al problema para el usuario. De este grupo las ideas más interesantes se seleccionan y se transforma en un prototipo en la fase siguiente.

Prototipar:  El prototipo es la encarnación de la idea, la hace tangible y permite tanto al equipo como al usuario entender cómo se siente, se comporta o funciona el producto o servicio que se está desarrollando. El prototipo permite que el usuario pueda interactuar con la solución que se busca resolver.

Probar: La intención de probar un prototipo es encontrar sus debilidades y mejorarlo. La forma en que las pruebas se debe hacer es mostrando el prototipo al usuario y no explicarle nada. Un prototipo nunca debe ser defendido o explicado, los comentarios de los usuarios siempre tienen la razón.

En base a eso se pueden hacer propuestas reales de innovación siguiendo un método que prueba ser de los mejores para la generación de ideas y para proponer solución a problemas específicos.